Shakira no entrará en la cárcel. La artista de Barranquilla alcanzó un acuerdo con la Fiscalía tras reconocer que defraudó 14,5 millones de euros a Hacienda entre los años 2012 y 2014 y a su vez aceptó una pena de prisión de tres años, que no cumplirá al no tener antecedentes penales, y una multa de 7,3 millones de euros con la que pondrá punto y final a su enfrentamiento con la justicia española.

“Tengo que escoger mis batallas y la más importante para mí ahora es hacer todo para que mis hijos vivan una vida plena y enfocarme en lo que es realmente importante: verlos crecer y pasar tiempo con ellos. Sin someterlos a la angustia de ver a su madre en un juicio penal con el desgaste que supone. Ellos mismos me lo han pedido, y por ellos he tomado esta decisión. Han vivido tiempos muy duros y quiero que me vean feliz por fin y mirar juntos hacia el porvenir”, aseguró en un comunicado tras conocer la resolución de la Audiencia de Barcelona.

Un día después, Pau Molins, abogado de Shakira, ha concedido una entrevista a RAC 1, en la que ha hablado acerca de la resolución del caso que afectaba a su clienta y también ha criticado la desigualdad fiscal que existe entre comunidades autónomas.

El letrado asegura que tres de los seis delitos imputados a la artista no existen en otras autonomías españolas. “Hablan de igualdad de los españoles, pero si eres residente en Cataluña, puedes ir a la cárcel por un delito que es imposible en Madrid, haciendo la misma conducta porque no hay impuesto de patrimonio”.

“No hace falta amenazar a las personas para que paguen sus impuestos”

Molins cuestiona este aspecto y reconoce que “el enamoramiento de Shakira” le ha costado hasta 120 millones de euros. “Si se hubiera enamorado de Ramos le hubiera costado menos dinero”. Por otra parte, el letrado critica que dicho proceso se haya encauzado por la vía penal en vez de la administrativa, dado que sostiene que “no hace falta amenazar a las personas con penas de prisión para que paguen sus impuestos”.

El abogado afirma que recomendó a su clienta ir al juicio por las posibilidades de ganarlo, pero ella prefirió alcanzar un pacto por el miedo a ingresar en prisión. “El miedo al riesgo siempre está. En este caso el riesgo era más teórico que práctico, pero la razón principal que nos trasladó era el bienestar de sus hijos y pasar página de España, una etapa pasada”.
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