Martes 23 de abril de 2024

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Resucitar al PRI Entre Manuel Cavazos Lerma y Fernando Moreno Peña hay vidas paralelas.
2018-01-02 Los dos, por ejemplo, delegados del CEN del PRI en Veracruz.

Los dos, ex gobernadores. Cavazos, de Tamaulipas, tiempo aquel cuando lo relacionaron con los carteles. Moreno, de Colima, tiempo cuando lo balearan (tiro en la yugular) en el restaurante “Los naranjos” de Colima.

Cavazos descarriló al PRI en Veracruz con la derrota de Héctor Yunes Landa como candidato a gobernador y con la derrota en el Congreso. Moreno, listo, digamos, para una tarea difícil como es resucitar al partido tricolor, luego, además de la derrota de las presidencias municipales este año cuando la delegada del CEN era Lorena Martínez, premiada, no obstante, con el Movimiento Territorial.

Cavazos, esotérico, quien siempre anda con un sombrero, más que para ocultar la calva, para ocultar “una pirámide” enana que trae escondida en la copa. Moreno, con más vidas que un gato, pues sobrevivió al tiroteo, y también quedó limpio luego del asesinato de su sobrino, Carlos Amador Moreno (febrero de 2015) en una riña en Villa Álvarez, Colima, acusado como estaba del homicidio intelectual de Silverio Cavazos, ex gobernador de Colima, ocurrido el 21 de noviembre de 2010.

Cavazos, ex diputado federal. Moreno, ex líder estudiantil y dirigente sindical, rector en la Universidad de Colima y diputado federal.

Cavazos, delegado del CEN en varias entidades del país. Moreno, ex delegado del CEN en Veracruz, ahora, igual que Cavazos, pero también en Michoacán, Guanajuato y Puebla.

Cavazos, acusado de mapache electoral. Moreno Peña, exhibido en el tendedero nacional como gran mapache (junio, 2013) y en el Senado de la República por el panista Jorge Luis Preciado.

Peor aún, ligado por Jorge Luis Preciado, quien fuera candidato a gobernador con Moreno Peña de delegado del CEN del PRI, a un comportamiento propio de la delincuencia organizada.

Por ejemplo, tiempo cuando le recordara, además, que como gobernador de Colima tenía una nómina fantasma con ochenta y dos tarjetas bancarias para desviar recursos públicos al partido tricolor (Milenio).

Y eso que en su biografía política estaba que había sido rector de la Universidad de Colima, es decir, se entendería, un académico sin tacha, ejemplar.

Fernando Moreno ha recibido la gran comisión bíblica de resucitar al PRI en Veracruz.

MORENO LEYÓ LA CARTILLA

En su presentación en sociedad, el delegado del CEN dijo lo siguiente:

“Tenemos todas las posibilidades de ganar las elecciones tanto las locales como las federales” (Diario de Xalapa, 29 de diciembre, 2017).

Pero también, escribió Jair García en La Jornada Veracruz, “previó que el PRI pudiera perder la elección a la gubernatura” (viernes 29 de diciembre, 2017).

Y, de ñapa, “se lavó las manos… al decir que él no es quien va a perder o ganar las elecciones, sino que sólo viene a aportar con su trabajo”.

Luego, repitió el discurso consabido de siempre.
Que ningún duartista o fidelista será nominado a un cargo de elección popular.

Que elegirán a los mejores candidatos “sin ligas con la corrupción”.

Que el priismo es honrado.

Que los candidatos serán políticos “que no tengan manchas”.

Todo expresado con esa sonrisa que nunca deja quizá porque sabe que para sonreír sólo se mueven catorce músculos de la cara y para estar serio ciento catorce.
¡Ah!, quizá habría pasado inadvertido, pero también dijo que “no se confrontarán con el gobierno” de Veracruz (Diario de Xalapa, Melissa Hernández).
El delegado sabrá el significado de su oración gramatical.


PRIISMO, SOMETIDO AL GOBIERNO AZUL

Los actores políticos (Pepe Yunes Zorrilla (PRI), Miguel Ángel Yunes Márquez (PAN) y Cuitláhuac García Jiménez (MORENA) están en la cancha electoral.

Y de acuerdo con el politólogo Ramón Benítez, los escenarios son los siguientes en una balanza de los vientos huracanados para amarrar el triunfo en las urnas el primero de julio:

Uno. El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, envió un calambre a los presidentes municipales que hace tres días dejaron el cargo público. Más de ciento veinte salieron con observaciones, y por añadidura, quedaron azorrillados y que es, como se sabe, una característica de la yunicidad.
Si algún alcalde se mueve a favor de un candidato a gobernador, entonces, la guillotina del ORFIS, tan justiciero y honrado que anda Antonio Lorenzo Portilla Vázquez, le caería encima.

Y es que cada alcalde que se fue (y cada alcalde que llega) tiene, primero, trabajo político, y segundo, una estructura electoral (grande, mediana o mínima) y que significa un plus para ganar en las urnas.

La inmovilidad política de los ex ediles pillos garantiza la impunidad.

Dos. El Poder Judicial acalambró a un montón de magistrados. Unos, jubilados, porque, incluso, ya se pasaron de la edad. Otros, despedidos. Otros, reubicados a otro confín.

Tres. Los empresarios que todavía sueñan con que la yunicidad les pague las deudas de Javier Duarte. Incluso, en el presupuesto 2018 ningún centavo hay para saldar pendientes. Es más, un diputado local dijo en la última quincena de diciembre 2017 que les pagaría, en efecto, pero cuando Miguel Ángel Yunes Márquez gobierne Veracruz.

Cuatro. Los grupos priistas… entregados a la yunicidad. Entre ellos, y por ejemplo, Marina Garay y Jorge Carvallo (San Andrés Tuxtla), Érick Lagos y Regina Vázquez (la región de Acayucan), Adolfo Mota (la zona de Coatepec), el clan de Ricardo García Guzmán (Pánuco) y Juan Carlos Molina Palacios (la Cuenca del Papaloapan).

Tal cual, el priismo sometido al gobierno azul.

Cinco. La mayor parte de los medios… soñando con que la yunicidad los considere. Y por añadidura, en el tiempo vertiginoso que se vive y padece hoy en materia de inseguridad, igual que en el duartazgo, un periodismo light.

Seis. El gobierno federal, apostando a descarrilar a Andrés Manuel López Obrador, tendría un vaso comunicante con la yunicidad.

Siete. El gobernador Yunes apuesta a ganar la silla embrujada del palacio para su hijo y hará todo, absolutamente todo, para ganar la batalla estelar de su vida.

El exrector de la universidad pública de Colima y ex gobernador, Fernando Moreno, se enfrentará a tales icebergs en Veracruz.

Ya se verá si “es un hombre gigante trepado en un caballo colosal” como describe Víctor Hugo en “Los miserables” a los soldados de Napoleón en la batalla de Waterloo

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