A lo largo del mundo, tanto empresas como gobiernos y clientes han obtenido una visión distinta del mundo gracias a los avances tecnológicos en distintos sectores. Ejemplo de ello es la telefonía móvil, pues en el transcurso de los años se han presentado nuevas generaciones de sistemas e innovaciones ya existentes, entre las cuales la más reciente es el 5G; una herramienta la cual se ha previsto llegue al mercado comercial entre 2019 y 2020. Sin embargo, algunos expertos han asegurado que su arribo involucrará al Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
Hoy en día, las redes 4G, 4.5G o LTE avanzado constituyen las tecnologías móviles más recientes, tienen una velocidad de datos superior a su predecesora (el 3G) y permiten tareas adicionales tales como la geolocalización, la realización de videollamadas en alta definición y la transmisión en directo. Gracias a estos sistemas, los usuarios pueden acceder a una conexión de internet estable desde una gran variedad de dispositivos.
Estas ventajas, sin embargo, serían mínimas comparadas con las revolucionadoras características de la quinta generación en telefonía móvil. Entre sus puntos más destacables, se cuenta una banda ancha mil veces más rápida por unidad de área, una cobertura completa, una disponibilidad casi absoluta y una optimización de energía en la red capaz de reducir este consumo en más del 90%. Con este rendimiento, el 5G podría ser la única forma de alcanzar los requerimientos necesarios para establecer potentes sistemas IoT.
Varias compañías buscan construir sistemas de 5G, tanto operadoras de telefonía celular como fabricantes de chips y procesadores. De entre las cuales se tiene conocimiento de sus desarrollos están Verizon, AT&T, T-Mobile y Sprint, quienes se encuentran en el diseño y prueba de esta nueva generación. Por otro lado, Qualcomm e Intel buscan crear dispositivos para manejar la parte de comunicaciones y actores como Nokia y Huawei, han planteado construir una red troncal para respaldar esta tecnología. El costo total para llevar a cabo todos estos proyectos (y otros de los cuales posiblemente no se tenga conocimiento) podría rondar los 300 mil millones de dólares, de acuerdo con el banco de inversión Barclays.
En la cuestión satelital, se conoce que operadores como Intelsat y Eutelsat se encuentran en la creación de nuevas generaciones de sus artefactos, los cuales tendrían la capacidad de soportar el diseño más avanzado necesario para manejar el 5G. En este sentido, existe una importante área de oportunidad en este mercado específico para reforzar, garantizar y prolongar los servicios relacionados a esta nueva tecnología para cuando salga al mercado. Esto es fundamental pues, a su llegada dentro de un par de años, implicaría mayor conexión con objetos cotidianos, como los hogares, dispositivos de todo tipo (desde wearables hasta tabletas) e incluso automóviles con mayores capacidades inteligentes.
De acuerdo con Axesat, líder en tecnologías satelitales, "la tecnología de Internet de las Cosas, beneficiará ampliamente el sector empresarial a través del uso de aplicaciones desde donde se podrá automatizar, controlar y conectar máquinas, dispositivos e interruptores por medio de Internet", por ejemplo: sensores de movimiento, de PH, de temperatura, presión y humedad para la agroindustria; detectores de humo, GPS, conteo de personas y de tráfico para el sector de infraestructura; telemedicina, monitoreo de la calidad del agua, aire, tráfico y edificios y ciudades inteligentes en el sector gubernamental.
En el sector marítimo impacta el rastreo, estado de carga y de productor de alto valor. Por otro lado, en el sector bancario, permite monitorear y controlar cajeros automáticos, datáfonos, sistemas de alarma y apertura automática de puertas y bóvedas. De igual manera permite controlar módulos especializados como PLC, SCADA y POS con aplicaciones en el campo de la seguridad, telemedición, mantenimientos predictivos, control remoto, monitoreo, automatización, predicción, alertas y gestión energética.
