Al menos diez toques eléctricos en un bebé de ocho meses de edad fueron certificados por el Ministerio Público, cuando una mujer, buscando a su esposo desaparecido por policías, cayó en manos de los verdugos de su pareja y terminó violada y herida y con un pequeño torturado.

La denuncia, interpuesta en la entonces Agencia Segunda del Ministerio Público Investigador Especializada en Delitos contra la Libertad, la Seguridad Sexual y la Familia, donde se abrió la investigación ministerial 502/2013/2°- ESP/XAL/IV, fue ignorada por Amadeo Flores Espinosa. Y también por Luis Ángel Bravo Contreras.

Ninguno de los dos tampoco abundó en la denuncia por la desaparición del esposo de la víctima, José Ulises Martínez Fernández, el 30 de abril de 2013, cuando desde la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), ya se había puesto en marcha la política de exterminio de civiles, cuando Arturo Bermúdez Zurita era el titular de la dependencia.

De acuerdo con el parte médico de la denuncia interpuesta, el pequeño recibió seis toques eléctricos abajo de su ombligo, dos atrás de una orejita y dos más en la barbilla.

Mientras los policías a cargo de Bermúdez Zurita torturaban al bebé, su mamá era violada por diez elementos, quienes la recargaron en una llanta delantera del vehículo que debía ser usado, en teoría, para la protección de su integridad.

Previamente, al menos 20 policías le habían tocado los senos, las nalgas, la vagina y el ano; se disputaban quién sería el primero en perpetrar el abuso sexual: "yo quiero entrar, yo quiero entrar”, decían.

La mujer, que en ese 2 de mayo de 2013 estaba embarazada, debió soportar no solo que la penetraran diez elementos, sino que además le dieran toques eléctricos en la panza, además de los brazos, las piernas, la espalda, el vientre.

Ninguna de las dos denuncias por los actos cometidos, presuntamente por los mismos policías, tuvo eco en la procuración de justicia, en la era que en ese momento encabezaba Javier Duarte de Ochoa.

La víctima de desaparición fue levantada el 30 de abril de ese año y entregado, como ahora se sabe, a los elementos de la SSP llamados FIELES, el grupo que se encargaba de desaparecer a los supuestos trabajadores del hampa.

Posteriormente, los elementos usaron el teléfono celular de la víctima para hacerse pasar por él, la citaron en un Oxxo de 20 de noviembre, en Xalapa y al llegar, la llevaron con rumbo desconocido para abusar de ella.

Este es solo uno, de los diversos testimonios que la Fiscalía General del Estado (FGE) posee y con los que ha acreditado hasta ahora que Bermúdez y 18 elementos y ex mandos conocían y convalidaron las acciones fuera de la ley, como pretexto de un combate al crimen.

Bermúdez y sus presuntos cómplices, ya fueron vinculados a proceso la madrugada de este miércoles y seguirán presos en el penal de Pacho Viejo.