La noche de este jueves, el panista Ernesto Cordero fue electo presidente del Senado para el último año de la 63 Legislatura, aunque esto sucedió sin que fuera apoyado por la mayoría de sus compañeros, quienes no estuvieron presentes en la votación y solamente asistieron a la conclusión para gritarle “traidor”.
En tanto, el coordinador del PAN, Fernando Herrera, regresó después de la elección de Cordero al salón del plenos y ahí a gritos reprochó desde su escaño que “fue una puñalada” y acusó al gobierno federal de “haber metido la mano”, en referencia a los cuatro panistas que acompañaron al PRI en la decisión de “imponer a Cordero”.
Dijo, “esto atenta contra el sano entendimiento del Parlamento mexicano. Es un verdadero atropello. Hoy queda claro quiénes son los traidores, quiénes negociaron y le dieron la espalda al pueblo”.
Una vez aprobados los cargos y desde su escaño, el coordinador del PAN, Fernando Herrera Ávila, lamentó que no se respetaran los acuerdos previos y calificó de “traidores” a quienes participaron en esta votación.
En tribuna el senador Jorge Luis Preciado, del PAN, lamentó que se haya concretado un “veto de género” en contra de dos senadoras panistas, Laura Rojas y Adriana Dávila por parte de la bancada del PRI.
Asimismo lamentó lo que calificó de “traición” de sus compañeros de la fracción del PAN que apoyaron la propuesta. “Qué vergüenza”, dijo Preciado a Cordero, a quien retó a renunciar al cargo para el que fue electo.
En tribuna, Preciado deploró “la traición al partido” de Cordero y los otros cuatro panistas. “Pudo más la cartera que la camiseta”, dijo, “Qué vergüenza que regreses de una licencia para ponerse como tapete del PRI”, le dijo a Lozano.
Adriana Dávila, senadora del PAN, dijo que con este proceso donde se eligió a Cordero en vez a dos legisladoras no se respetó el tema de la equidad de género y lamentó la decisión de la bancada del PRI de vetarlas.