A sus 83 años, don Rafa Marquet, vive, se emociona y siente la vida petrolera desde sus entrañas.

Es un conocedor nato del petróleo, más de 50 años trabajó para Petróleos Mexicanos (Pemex), fue dibujante, ayudantía técnica, gerente de zona, titular de relaciones públicas, tuvo a cargo la flota aérea, y vocero.

Toda una vida dentro de la petrolera, hoy lamenta que atraviese una situación crítica, le da tristeza, sus ojos se llenan de lágrimas, aún así afirma “es una empresa noble que nos puede dar buenas sorpresas… se abusó de Pemex”.

El pasado sábado presentó su libro “El Petróleo: ¿Bendición o Maldición de México?, en el Centro de Convenciones a las 17:30 de la tarde, ahí relata el historial de una vida petrolera.

Sereno, tranquilo y emocionado cuando habla del petróleo, Rafael Marquet Martínez de Escobar, dialoga con codigoveracruz.com, y de entrada recuerda: “Muchos compañeros me decían “yo saliendo de la chamba me olvido de los problemas de trabajo y me dedico a mi familia”, yo nunca podía, me traía los problemas a la casa, pensaba en como los iba a resolver, sobre todo porque fueron años de muchos retos, cambios salpicados con grandes tragedias y éxitos, hubo de todo”.

“Fue muy adictiva la relación con Pemex, yo pedí mi jubilación porque ya necesitaba respirar otros aires, el estar en puestos como los que tuve el privilegio de cubrir en el nivel donde se toman las decisiones, estas enterado de todo, tienes acceso a toda la información que te puedas imaginar, Pemex Petroquímica llegó a estar en las grandes ligas, llegamos a alcanzar una posición de privilegio y de crecimiento anual impresionante a nivel mundial”, relata.

¿Sin duda Pemex está viviendo una situación difícil, usted estuvo ahí toda una vida, hoy Pemex tiene una debacle en su producción, tiene despidos de miles de trabajadores, qué opinión le merece la situación de la empresa?

“Se abusó de Pemex, les decía no le estén dando con el hachita porque vamos a tumbar este arbolito, y la verdad es que todos abusábamos, y le decía a mi gente nosotros no vamos a echarle más lastre a este barco, si el barco se hunde que nos quede en la conciencia, que nosotros no participamos; es una industria tan noble, que todavía nos da buenas sorpresas, la diferencia es que ahora compartidas, y antes éramos nada más nosotros (se le humedecen los ojos) siento tristeza.

Entraba dinero a manos llenas con el precio de los barriles, y que hicimos derrochar, era para que hubiéramos conciliado un desarrollo económico modesto pero solidario, una oportunidad como esta nunca más se va a presentar. Tenemos todavía bastante tela de donde cortar, nada más que ahora hay que compartirla”, narra conmovido.

Marquet es un referente absoluto cuando se habla de Petróleos Mexicanos en el sureste del país.

Conoció al monstruo desde su nacimiento y cohabitó en sus entrañas por más de cinco décadas.

Deportista, lector infatigable, hacedor de amigos al por mayor y sobretodo de las insignias de la honestidad laboral en Pemex.

¿Qué fue lo más complicado en este proceso de generación del libro, cual fue el obstáculo más importante que presentó para poder llegar a la edición final?

“Fue una cosa personal, que pensé que debía relatar, dejar a mi familia, a la gente que me conoció, bendito sea Dios esto me dio muchos amigos, cuando salí de Pemex quedé saturado, y quería oxigenar mi mente, todo era Pemex, tenía que romper esa simbiosis, y lo cumplí un tiempo, no pasaba ni siquiera frente al edificio inteligente durante un buen tiempo”.

¿A pesar que el sur de Veracruz es una fuente inagotable de historias del sector petrolero, hay pocas referencias en temas de lo que se ha generado de beneficios y anécdotas sobre la industria petrolera, su libro viene a contribuir un poco?

“Yo creo que sí, Pemex siempre es cuestionado por todo, si sale el sol es culpa de Pemex, que si hay un derrame es culpa de Pemex, que si hay un acto delictivo es Pemex, y siempre nos vamos sobre Pemex”.

¿Cuántos años estuvo como vocero de Pemex?

“Yo primero entré cuando me invitaron a la gerencia de zona fue cuando inició la capacitación en Petróleos Mexicanos, para arrancar ese proceso me invitaron y se acababa de fundar el Instituto Mexicano del Petróleo, se capacitó al personal sindicalizado y de confianza, se fueron al extranjero.

Entramos al área de informática, antes todo era manual, un grupo nos capacitaron para procesos administrativos y técnicos, así arrancamos, y empezamos a sacar los primeros listados, el primero fue de vehículos ligeros de Pemex; empecé de ayudantía técnica por varios años, en 1968 me invitan a las relación públicas de Pemex ahí inicié como vocero, ahí estuve hasta que desapareció la gerencia en 1983 y viene petroquímica y sus filiales”.

¿Cuál fue como vocero el momento más complicado de manejo de información, reporteros y medios de comunicación?

“Fue todo, todo fue complicado, era un hecho que no tenía precedente, traté con agencias extranjeras, televisoras, periodistas como Pepe Cárdenas, Abelardo Martín, Antonio Garza, Norma Meraz”.

¿Qué periodista fue el más complicado de atender?

“Todos te acribillaban, hay un hecho, si tu ocultas se te revierte, y se hace una bola de nieve, si hay un accidente tan obvio que si lo hubieras hecho adrede no te hubieran salido las cosas tan mal”, menciona contundente.

¿Le tocó a usted ocultar cosas en Pemex?

“Nada, nada… es más nunca me dijeron esto si lo dices, esto no lo dices, nunca, porque además los tenías que llevar (reporteros), tenías que sobrevolar”.

¿Usted fue un vocero poderoso, porque también manejaba la flota aérea de Pemex?

“El accidente de Michoacán de unos peregrinos, en el que murieron muchas familias de Coatzacoalcos, fue un duelo para la comunidad, fue muy duro porque primero no querían mover la tripulación del avión los cadáveres porque la pista de Morelia era corta, y se trajeron los cuerpos. Pemex presta la aeronave para traer los cuerpos fue algo que hice ya personal”.

¿Qué elementos cree que debe tener un buen vocero?

“Mi punto de vista, primero conocimiento, es como el primer accidente de Clorados III que me tocó, los absurdos, sacaron que habían más de mil muertos, eso no es hacer periodismo, tratamos de formar grupos de la gente que cubría la fuente de Pemex para darles los principios básicos de la industria petrolera y tuvieran elementos, había una ignorancia total, el tener acceso a un medio de información implica una responsabilidad social muy grande, porque puedes hacer un gran beneficio , o un daño terrible; ahorita veo lo de las redes sociales y me da temor, bien utilizadas, olvídate, pero también es un arma de doble filo, sino se maneja con responsabilidad, puede derivar en problemas”.

Incluso habla de la falta de preparación de los periodistas sobre temas de las industria y recuerda anécdota en que un comunicador le preguntó tras una conferencia por una fuga de vapor en instalaciones petroleras donde hubo lesionados, qué si el vapor era derivado del petróleo.

Aunque el cuerpo le complique el andar, la memoria de Don Rafa revoluciona y aporta datos como el mejor disco duro que está por salir al mercado.

Tiene fechas, nombres, detalles que salpican y mojan de sabiduría como chubasco en plena temporada de lluvias.

Rafael Marquet Martínez Escobar fue protagonista del nacimiento de la historia de Pemex en el sur.

Siempre junto a él su esposa, Lolita, un dama con sonrisa infatigable.

¿En algún momento, yo se que usted es un caballero en toda la extensión de la palabra, hubo medios de comunicación que intentaron abusar de la relación con Pemex?

“Te doy mi palabra que nunca alguien me dijo me das tanto o publico esto, nunca, el día que tuvimos el accidente de Clorados, se hizo una junta de trabajo en Palacio Municipal, estaba el gobernador Dante Delgado, porque llega mi gerente de México y me dice “esto está arreglado con dinero, y digo momento, esto hay que arreglarlo con información correcta, si tenemos la culpa en algo debemos aceptarlo y si no, no aceptamos, (ya traían el portafolio lleno de billetes), y me ha costado muchos años tener un poco de credibilidad, no me la eche a perder; yo establecí los primeros contratos entre Pemex y los medios de comunicación antes eran de palabra”, añade don Rafa, mientras pega un manotazo en la mesa.

¿La relación del vocero con los dirigentes sindicales, como fue?

“Con todos los líderes sindicales tenía una relación, muchas veces ni el gerente, porque era un trato respetuoso, fui muy cuidadoso”.

Cuando se le pregunta que opina de la situación de Pemex, su debacle en la producción de crudo, los despidos de personal, Marquet se contiene, lo piensa y las palabras no salen.

Sus ojos se humedecen. Son lágrimas las que aparecen junto a su voz que se quiebra.

“Pemex es una industria tan noble, que aún como está, da ganancias, pero ahora son compartidas”, repite con sabiduría extrema.