La audiencia de Javier Duarte de Ochoa celebrada el pasado lunes en la sala 1 del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte se convirtió en un sanguinario encuentro, donde la PGR fue menos que un rival a vencer.

Round 1:

Desde el campanazo inicial ambos peleadores salieron en busca del triunfo. Uno no lo lograría. Aun con ello, la PGR sin dudarlo, desde su guardia izquierda tiró todas sus combinaciones posibles, imputando un desfalco de 439 millones de pesos, para construir empresas fantasma, comprar casas, terrenos, joyas.

Round 2:

En el segundo asalto, PGR lanzó el resto de sus combinaciones y presionó a Javier Duarte asestándole un gran golpe, insistiendo en su liderazgo en la célula criminal que operó en Veracruz, Campeche y la Ciudad de México, ante un público que ovacionaba en silencio los certeros golpes del retador.

Round 3:

En el tercer giro, Javier Duarte de Ochoa pareció reaccionar, y de un solo movimiento puso a temblar a su contrincante. La PGR recibió un golpe que no esperaba y que empezó a sangrar profusamente.

Duarte, ahí cuestionando el tiempo, lugar y modo de la comisión de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, tuvo su primera ventaja.

Round 4:

A partir del cuarto asalto, fue Javier Duarte quien tuvo el dominio, al encontrar en tres fiscales solamente una pifia de una supuesta gran carpeta de investigación armada en su contra.

El veracruzano lanzó combinaciones y alcanzó de un derechazo la quijada de la PGR, que acusó a Duarte de acciones ilícitas durante su gobierno de 2011 a 2016, pero que no pudo contestar por qué hay empresas creadas desde antes de su mandato.

Round 5:

La PGR, ya perdida en el ring, apenas alcanzaba a detallar de manera ágil los los movimientos de compra venta de 21 parcelas en el Ejido Lerma, en Campeche.

Round 6:

En el sexto round, le entró al quite el juez Gerardo Moreno García, quien con un enorme gancho de derecha a la PGR, que resentiría durante el resto de la pelea, castigó a la parte acusadora, recriminando que los datos de las parcelas ni siquiera estaban completos.

La PGR no pudo responder con alguna combinación posible, al quedar evidenciado que esos tres fiscales eran nuevos en el caso Duarte y desconocían por completo el contenido de la carpeta de investigación.

Round 7:

En el séptimo round, los feroces golpes de Javier Duarte no paraban, preguntando a PGR cuáles fueron las dependencias del Gobierno del Estado desde donde se sustrajeron los recursos, de qué cuenta a qué cuenta fueron enviados y en qué fechas.

Round 8:

Una por demás castigada PGR no logró contestar cómo fueron transferidos los recursos, desde dónde y para dónde, y sólo logró acreditar un monto de 38.5 millones de pesos de una cuenta de la Secretaría de Educación se Veracruz (SEV), a la empresa Solaria, supuesta proveedora, y que financiaba a su vez a otras empresas.
En este asalto, ya con la PGR sin poderse levantar, su contrincante no tuvo que dar otro golpe, pues lo volvió a  dar el juez, al mandatar a la Procuraduría que dijera "si no puede responder siquiera una aclaración de la defensa".

Round 9:

Uno de los mejores momentos de Duarte fue en el round 9, donde de plano su defensa dijo que dejaría "por la paz" la pregunta del origen de los recursos, pues el caso se estaba "desmoronando".

En este asalto, ya ni siquiera había intercambio de golpes, pues la PGR no lograba pararse del suelo.

Round 10:

En el décimo round, la hemorragia de la PGR por los golpes de Duarte parecía no tener fin, al evidenciar que no había intervenido en la creación de algunas empresas que se le achacan, pues ya existían desde 2005, seis años antes de que fuera gobernador de Veracruz.

En este asalto, la PGR tampoco pudo acreditar siquiera cómo se pagaron el resto de los bienes: las joyas, los departamentos, el yate.

Round 11:

En el undécimo asalto, PGR buscó conectar a Duarte en forma desesperada, con más deseos que inteligencia, que aprovechó el ex gobernador para conectarle combinaciones a la Procuraduría, que reconoció que no hay más que entrevistas con ex cómplices y colaboradores que aseguran que Duarte daba la orden de desviar el dinero, pero que esto se comprobará en la fase de investigación complementaria, atropelladas ofensivas que Duarte evadió muy bien.

Round 12:

En el último asalto, flanqueado por sus soberbios abogados, Duarte venció por nocaut a la PGR, pues aun y cuando se imputó el delito y se decretó la prisión preventiva, el ex gobernador advirtió que buscará a Alfonso Ortega López, para interrogarle y saber en qué condiciones la Procuraduría le otorgó el perdón para declarar contra él.
A la PGR no la salvó ni la campana.