La cifra de muertos en los dos ataques perpetrados en Teherán, capital de Irán, por hombres armados y suicidas, uno en el Parlamento y otro en el mausoleo del imán Ruholá Jomeiní, se elevó a 12, además de que 39 personas resultaron heridas, según servicios de emergencia.
Ambos atentados fueron reivindicados por el autodenominado Estado Islámico a través de su agencia yihadista Amaq.
La primera agresión se produjo a las 10:30 hora local cuando cuatro hombres armados irrumpieron en el Parlamento, donde siete personas, entre ellas un guardia de seguridad murieron y varias fueron tomadas como rehenes, según fuentes parlamentarias citadas por las agencias semioficiales persas ILNA y Tasnim.
A dos horas de la toma de dicha sede, ubicada en pleno centro de Teherán, uno de los atacantes hizo estallar los explosivos que llevaba, según la televisión estatal iraní.
Helicópteros de la policía sobrevolaron el edificio del Parlamento y las líneas de telefonía móvil desde el interior quedaron inhabilitadas, además de que sus puertas fueron cerradas y no se permitió la salida ni a los diputados ni a los periodistas allí congregados, lo que aumentó la confusión en torno a lo acontecido.
La parlamentaria Tayebé Siavoshí, contactada por EFE, declaró que la situación es muy confusa y delicada, y negó informaciones preliminares de que todo estaba bajo control.
Poco después, en otro incidente aislado, un hombre armado se hizo explotar en el emblemático mausoleo del iman Ruholá Jomeiní, fundador de la República Islámica de Irán, de acuerdo con el Ministerio de Inteligencia iraní.
Mientras que otro de los agresores recibió varios disparos antes de hacer detonar sus explosivos, añadió la fuente.
Previamente, una célula terrorista fue desarticulada y sus miembros detenidos, con lo que evitaron nuevos atentados, según informó la seguridad nacional.
Las fuerzas de seguridad iraníes lograron tras casi cinco horas controlar la situación en ambos lugares.
Este tipo de ataques son inusuales en Irán, cuyas autoridades han reforzado las medidas de seguridad en torno a los edificios oficiales como la sede de la Presidencia.