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Shibari: Un arte erótico japonés

Léelo, siéntelo y anhélalo...

● PUNTO G | CORTESÍA | CD. DE MÉXICO, MX.- | 02 de Junio de 2017

Para empezar, la idea de estar amarrada puede parecer algo inquietante, pero abre tu mente e imagina a tu pareja haciéndolo sensualmente. Un beso por acá, una caricia por allá, suaves cuerdas de algodón con nudos sobre tu cuerpo, hasta que quedes semi inmovilizada.

Luego empieza un jugueteo delicioso y perverso al mismo tiempo, tu vulnerabilidad es clave para elevarte a ti y a tu pareja al límite del pacer.

¿Ya no suena tan mal verdad?

Los creadores de Shibari son Takumi y Shizuko, una pareja liberal expertos en el arte y secretos de los amarres. Fundaron el Instituto Mexicano del Shibari, donde convocan clases para parejas interesadas en la experimentación. Si bien el Shibari aplica para hombres y mujeres, lo ideal sería que la mujer estuviera amarrada.
Se deben romper todo tipo de paradigma que se tenga con el tema para que sea aún más placentero.

Los nudos y enlaces son colocados de tal manera que estimulan puntos de acupuntura, los cuales elevan la energía sexual. Un plus a toda la experiencia es sentirse indefensa y cautiva, esto activa primitivos sistemas de alarma inconscientes que provocan que el cerebro segregue endorfinas, dopamina, adrenalina y otros neurotransmisores que producen la fase de excitación.

El Shibari no se juega con cualquiera, debe ser con una pareja compenetrada y que haya confianza total entre los dos. No se trata de lastimarse sino de explorar sensaciones. Una de las fases donde se hace a mayor conexión con el otro es la etapa “after care” donde el sometido es “curado”, con esmero y ternura.

¿Que se necesita?

2-4 cuerdas de algodón o yute suave de 8 metros de longitud

Es divertido inventarse una historia de roles que los existe a ambos. O simplemente disfruten de los cuerpos desnudos con besos, caricias y posiciones sexuales. Algo que se considera extra picante es añadir la privación visual con vendas, cambios de temperatura con hielo o geles calientes, texturas diferentes y juegos de impacto como nalgadas o azotes.

Debes tener cuidado pues esta práctica contiene riesgos, desde atar demasiado fuerte los nudos y que corten la circulación, hasta cuerdas puestas en lugares peligrosos que puedan provocar asfixia o desmayos. Lo más importante es recordar que siempre el límite lo pone la persona atada, cuando él o ella digo alto se debe terminar. Por eso se dan las siguientes recomendaciones

Usar materiales suaves y flexibles
Ir lento, sobre todo las primeras veces.

Evitar el cuello, las zonas blandas y las articulaciones.

Se debe parar de inmediato si hay calambres, mareo, asfixia, hiperventilación.

Tener unas tijeras para soltar en caso de emergencia rápidamente las cuerdas
Llevar líquidos para hidratarse.

Y recuerda

El sexo no se explica... ¡Se practica!

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